Venezuela y sus sueños de libertad

Ahora que se acercan las elecciones venezolanas, cualquiera podría decir  que es el fin del chavizmo y el comienzo del caprilismo. Cosa que no lo creo. Aunque no vivimos allá, y solo podemos opinar sobre lo que pensamos respecto de lo que se vive en Venezuela, ya que lo que suceda  influirá en Colombia, en América latina y en el mundo, pues así es este mundo global. Nadie puede creer que si China acaba de hacer un convenio con el gobierno bolivariano de Venezuela ésto no sea pertinente para los colombianos o para cualquier otro país del globo terráqueo. Este contrato, por ejemplo nos recuerda que China ha venido cumpliendo con su papel de potencia emergente desde hace unos años, que ni siquiera nos dimos cuenta de la influencia económica que ejercía en el mundo, incluso cuando todas las chatarras que tenía Venezuela la compraron para satisfacer sus necesidades económicas porque así lo requieren todas sus transformaciones que van desde la industria de la producción de sus fábricas como los adelantos tecnológicos que hoy emergen para competir con occidente. Sus fábricas piden recursos de materia prima, y aquí en nuestro continente la pueden explotar otros conglomerados que están dispuestos a satisfacer sus necesidades del hierro, del aluminio, del estaño, y el oro adonde según parece acaban de firmar un acuerdo con el gobierno de Chávez para sus explotación;  y la mayoría de éstas  las hacen  a cielo abierto donde el arsénico y los ácidos utilizados para este tipo de minerías amenazan con destruir las principales fuentes de agua y de energía hidráulica que son las mayores formas  producción industrial en nuestros países.
Al fin de cuentas todavía no sabemos sobre lo que plantea Capriles sobre estos temas,  pero que nos dejan una inquietud sobre lo que él considera un gobierno al estilo de Brasil, cosa que al quedar en el aire, solo los recuerdos del caracazo emergen para los que están a favor de Chávez, pues saben muy bien lo que significó en su momento en el segundo gobierno de  Carlos Andrés Perez, que  quiso a fe ciega aplicar las recetas del Fondo Monetario Internacional -F.M.I.-  tan pronto se convirtió nuevamente en el primer mandatario,  como contribución a lograr que la deuda que tenía Venezuela solucionaran estos males.
Desde allí, el estado que atrajo a multitudes de los más empobrecidos del mundo por el milagro petrolero, adonde europeos, latinoamericanos  y de otros continentes, buscaron el sueño que desde tiempo atrás representaba el  de los Estados Unidos. Un sueño que duró pocos años, y que muchos vivimos en su momento en aquel bello país, a pesar de las circunstancias desastrosas que nos tocó vivir.
Uno puede suponer que lo que vivieron en su momento el Brasil, o Argentina, donde sus monedas se devaluaban incluso al entrar como comensal a un restaurante adonde al salir el precio sus clientes ya tenían que pagar otro, pues fueron muchos los habitantes de esos países que sufrieron las agonías de esas recetas económicas que lograron que las dictaduras se impusieran, y con el tiempo luego de los virajes políticos que se han dado en la región, ahora la minería juega un papel importante, y las corrientes de izquierda sean las que manejan gran parte de los países de América Latina.
En Venezuela se vería cómo los europeos marcharían de aquel sueño hacia sus países que ostentaban la bonanza, y que hoy como lo preveían en su tiempo los seguidores de Moisés, la época de las vacas flacas les llegó, y aquellas recetas económicas que tanto se aplicaron en nuestro medio ahora se hacen en Europa  para sostener el Euro y la comunidad europea,  y además evitar una debacle  internacional.
Venezuela que durante estos años ha logrado que todas esas corrientes populares que emigraron de los países latinos y que se quedaron con las devaluaciones que se dieron desde el gobierno de Carlos Andrés Pérez, donde se incluyen a colombianos, ecuatorianos, peruanos, uruguayos, etc., tengan no solo una nacionalidad igual a la de los nativos venezolanos, sino un lugar donde esos sueños de donde migraron, se vean  fortalecidos por un gobierno que mediante las misiones bolivarianas  ha logrado que  tengan una participación efectiva de la bonanza petrolera de la cual ha salido bien librado el gobierno.
Lo del anti-imperialismo de Chávez nadie lo entiende, pues el petróleo sigue fluyendo hacia el coloso del norte, y sus acuerdos políticos que van más allá de la influencia ideológica  porque ha utilizado esos recursos también para granjearse la amistad de los países latinos que no cuentan con ellos, pero que en sus transacciones ha hecho que  economías como las de Cuba se fortalezcan;  además que su entrada a Mercosur lo hacen el candidato y el gobierno que muchos gobiernos quieren que gane así no lo digan de dientes para afuera, máxime cuando Capriles reclama que el petróleo y sus ganancias deben ser de los venezolanos.
Aunque el candidato opositor  ha tenido que aceptar el papel que juegan las misiones bolivarianas que instauró el gobierno  desde el famoso plan Robinson;  mientras ha logrado que gran parte de la población tema de lo que sucedería si esas reformas  que el candidato opositor dice que continuará  se echen para atrás, cuando Chávez con los partidos de izquierda que  participan con este, dice que ahondara la senda que han elegido del socialismo con programas económicos centralizados para impedir que el capitalismo regrese a como era en los tiempos de Caldera y de los anteriores gobiernos.
Una contienda donde por primera vez los viejos partidos que antes fueron mayorías han tenido que unirse para presentar una propuesta alternativa que rime con los avances de un gobierno en lo social, que combatiendo a los opositores ha caído en las prácticas que utilizan los gobiernos totalitarios para acallar la libertad de prensa de  los opositores que no están de acuerdo, y además que  sean perseguidos y amedrentados.
Una práctica que deja muy mal parado a un gobierno que goza de las mayorías populares , porque posiblemente  entre-telones quedan encubiertos los que negocian con el estado, en una burocracia que bien podría  quedarse con las prebendas que el mismo estado facilita a los que han salido favorecidos en las famosas misiones bolivarianas que han logrado tanto éxito que ni los mismo opositores se atreven a controvertir.
Es Probable que Chávez vuelva y repita para profundizar su socialismo del siglo XXI. Lo improbable es que la oposición se quede callada sobre su derrota, que de todas maneras ya ha ganado un espacio político con Capriles.

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