Amores malditos 2


Escrito por: jesusantog el 31 May 2008 - URL Permanente Publicado en El País.com
Publicado en esa época en El País.es

Cuando Arturo Cova al terminar su periplo en la Vorágine, nos cuenta al dejar su nota en medio de la selva que están perdidos, y que su mujer espera un hijo suyo ( o que lo tuvo) no recuerdo muy bien, a mi me quedó esa leve sensación que habría otra Vorágine: 
- La continuación, digo yo. Y lógico que nos quedó debiendo la segunda parte.
 
Años después supe que José Eustacio Rivera había muerto en los Estados Unidos de pulmonía en uno de esos inviernos a los que no estamos acostumbrados los latinos. Supongo que ese infierno que vivió Arturo Cova es algo parecido a otros de los cuales tenemos noticias de las guerras en las maniguas como la que nos narra Víctor Hugo en el 98. Por qu6 no, las que estuvieron más cerca de nosotros cuando nacimos, que fueron las de la segunda guerra mundial de las que vimos tantas películas y leímos muchos libros, sobre el exterminio de los judíos en los campos de concentración, y los millones de muertos de los rusos y los aliados, que sólo cuando los Estados Unidos entraron en el conflicto a favor de Churchill, y los muchos países que participaron en ese conflicto, lograron evitar con su asalto a Normandía, que Hitler y su política terminara por dominar el mundo, una guerra en la que los aliados cuando vieron que Stalin quería quedarse casi con toda la Alemania desquebrajada por este holocausto insensato. En nuestro país también repercutió los ecos de aquella guerra, y seguramente originó la muerte de Gaitán, en la que sus ideas socialistas fueron el pretexto para propiciar lo que ha sido la violencia en Colombia, y disimular la repartición de la tierra en otras manos, como partera de generar el surgimiento del país urbano capitalista que hoy tenemos, en remplazo del viejo feudalismo. Y claro, eso lo ven desde su óptica los estudiosos de esas ideas que terminan generando guerras y persecuciones. En medio de esas circunstancias nací y me queda un mal recuerdo. Una persona que de niño debió de sufrir un trauma, y que en la medida que han pasado los años, a pesar de haber sido llevado casi a los extremos de la locura y al intento de asesinato, se confirma que los seres humanos terminamos sufriendo por cuenta de esos conflictos. Unos más que otros. Y los escritores con eso hilvanan sus historias, pues al fin y al cabo escriben sobre lo que vivieron, y a nosotros nos sirve para reconocernos y saber de dónde venimos. Mientras que los animales de su misma especie se respetan entre ellos sus espacios para sobrevivir, nosotros terminamos por destruir esa cadena extinguiéndolos por el mero placer o por la ambición de conseguir más para uno. Y nos llenamos de teorías para justificar nuestros desafueros y decimos parodiando a los escritores de la revolución Francesa, como las de Rosseau: "El hombre nace bueno, y la sociedad lo corrompe." O las de Hobbes: "El hombre es lobo para el mismo hombre." O porque no las lecciones de Maquiávelo a su príncipe. Teorías en las que el Estado como ente supremo, terminan por absorbernos, y así terminamos en esas violencias donde simplemente se lucha por el poder y la repartición de los bienes económicos, Cuando Hittler llegó al poder, su perorata contra los judíos no era más que el pretexto para exigir a las potencias reinantes que ellos también tenían derecho, y que solo la sangre Aria era la que debía gobernar al mundo. Y de la que nos salvamos con su cuento de la pureza de la raza. Cuando no era más que el derecho a la repartición del mundo por su propia cuenta con el poder de las armas. Esas han sido todas esas confrontaciones del hombre. Y ya a nivel más personal, los descamisados, el pueblo, etc., son los que más sufrimos. Al fin y al cabo el capital no tiene color político ni nacionalidad. Pero a lo que iba. En nuestro país se generó una serie de confrontaciones, y aunque algunos estando niños no participamos, las sufrimos de otras maneras. En 1968 cuando el doctor lleras Retrepo asumió la presidencia, estaba un país dividido, casi lo mismo a lo que hoy está. Creo que fue en el gobierno del Doctor Turbay Ayala cuando se reconoció la igualdad ante la ley de los hijos nacidos fuera del matrimonio, mejor dicho: Los ilegítimos. Y creo bajo esa circunstancia fue cuando  comenzó mi calvario. Que culpa tiene Ud. o yo nacer en circunstancias de violencia, ya sea por cualquier cosa. Todos tenemos derecho de vivir. Lo más extraño es que uno nazca como con una marca de gendarmería, y por último termine siendo víctima como conejillo de indias, y así la vida suya termina convertida en un infierno no solo de caracter familiar, sino que con el tiempo se comprende que en esos años algo pasó, y lo afectó de por vida. El poder del dinero. Los bienes terrenales de Hubeman resultan muy ciertos para los que hemos tenido que vivir situaciones amargas. Pero para continuar con lo mío, será en la próxima.

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