El arte de enloquecer 3


Escrito por: jesusantog el 13 Jun 2010 - URL Permanente en El País.com 
Publicado en esa época en El País.es

En fin. Existen tantas maneras, que a diario las vemos en nuestras calles. Por la pobreza, por el conflicto interno, por las guerras que hemos vivido, y por otras muchas cosas el ser humano delira. Deliramos. Cervantes nos lo contó. Todos tenemos algo de éso. Nos hablan de brujerías en la que los bebedizos están al orden del día. Nuestro mundo es así. Nuestras creencias nos llevan a concluir que existen métodos para hacerlo. Lo inducen a uno. ¿Qué tal que Ud se tome una cerveza con un grupo de amigos, y cuando menos piense se sienta mal? Cuando Ud. se paró a hacer alguna cosa o al ir a charlar con otro contertulio diferentes con los que está, alguien le echó una ceniza de un cigarrillo en el licor. ¿O qué tal que lo burundagueen? Ud. pierde el sentido y aparece después de varios días adonde no tenía que estar sin un peso en los bolsillos, o en un hospital. Y éso, que debe sentirse agradecido por no haber quedado de por vida sin su conciencia, o estar a esas horas en el cementerio. O en algún caso alcanzó a llegar a su casa enlagunado, y al vomitar su color es  verdoso como si algo le hubieran echado en la bebida. ¿O qué tal que que le echen en la comida o en el licor alguna sustancia sicótica, y Ud. termine escuchando voces, y sus nervios se crispen tanto que al salir alguien lo agreda psicológicamente, y Ud. crea que lo van a matar? Que su corazón se agite al extremo, y sienta la necesidad de seguir consumiendo licor para paliar la sustancia que ha consumido sin saberlo, para que su organismo agarre el ritmo de la vida. Y claro que a todos algo de ésto nos puede haber pasado.

¿Pero qué tal que Ud. esté en medio de unos amigos que con el tiempo despúes de haber sobrevivido a todas estas peripecias, se encuentre con que ha sido toda una encerrona durante años en la que no solo jugaron con su cerebro, lo ridiculizaron, y mediante artilugios lograron que terminara ido de la cabeza, y en esa situación Ud. se hubiera intentado matar? O que otro quisiera darle la ayudita para despedirlo para siempre de este mundo. A muchos nos puede haber pasado, pero somos pocos los que terminamos por comprender que fuimos víctimas de una extraña conspiración en la que por más que nos digan que es un degenerado, un perverso o un truhán, se termina por entender la felonía. Al recabar sus experiencias personales  Ud. se da cuenta que es un pobre diablo que fue víctima de todo un grupo de instigadores, como si hubiera estado sometido por seres infernales que salieron a destruirlo de una manera sicológica, qué con solo pensarlo le da temor. Pánico, si se quiere. Yo terminé escuchando voces de un familiar. Me salieron personajes a agredirme, y fui torturado sicológicamente en la casa que yo he dado en llamar embrujada, mientras todo un barrio, media ciudad, con una cantidad no menospreciable de sapos y ladrones, de abyectos drogadictos, de puticas y homosexuales en un intento vano por provocarme el delirium tremens, me zahirieron con gritos y amenazas en las calles, adonde se supone la ley existe . Lo viví. Escuche voces desconocidas durante meses, como si estuviera viviendo en el mismo infierno, con unos nervios crispados terriblemente. Fui inducido a soportar un extraño temor en la misma casa,  donde personajes siniestros lo organizaron en las calles, y sólo así pude entender la bribonada y la perversidad del ser humano. De manera silenciosa me dañaron los trabajos, y así durante todos estos malditos años por cuenta de estos nefandos y endiablados personajes, mientras otros se fueron muriendo he tenido que sobrevir a semejantes canalladas. Que a Ud. le pase una sola vez en su vida durante unos pocos días algo parecido a lo que he vivido se soporta, con tal de estar vivo. Pero que tenga que soportarla durante toda su vida como un delincuente, es por que este es el país de las mil felonías. Que Ud. temine con varillas en las columna vertebral, personajes que aparentando ser lo que no son, lo hayan hecho tan descaradamente, y que el autor por ser tantas las felonías y las intimidaciones ha tenido que recurrir a los cuentos y a las historias para poder sobrevivr a la inclemencias de estos personajes, que como dicen los Católicos:
-Quiera Dios que a Ud. no le vaya a suceder lo mismo.

Estos imaginarios son tenebrosos. Tan tenebrosos que aguantan otras historias sobre este sutil arte de enloquecer.

Nos escuchan y nos persiguen si son familiares instigan para que éstos intriguen, mientras nos patean en las calles, y muchas veces con ese extraño susto, terminan suicidándose de alguna manera.

¿Ahora que tal que escuche voces de personas conocidas? ¿O que como  brujos alguien le haga creer que le están adivinando lo que Ud. piensa. Las tablas de Weija, y el metodo Silva para aquellos que se empecinan en lograrlo son apenas unos pocos de los metodos que se utilizan para estos fines.

¿No le parece extraño que una persona decente durante toda su vida haya tenido que soportar semejante afrenta?

En fin no somos cuerdos, pero creo que este tema aguanta otras historias no sólo por personajes de Estado porque aunque vivimos en un pais demencial, sino también de particulares que se confunden con los anteriores, aunque uno sabe que existe una mayoría de gentes buenas y patriotas.

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