El arte de enloquecer 26
Publicado en esa época en El País.es
Si. Que el "Embrujado" esté loco es su problema. Con él he
aprendido muchas cosas en la vida real. Suponga que a Ud. dentro de su
misma casa lo pongan a vociferar. Estos trabajos son tan comunes. Debo
de decir que llevo más de tres décadas con estas extrañas situaciones
personales en las que he podido entender cómo enloquecían o hacían
aparecer al "Embrujado" como ido de sí. Son trabajos rufianescos que
para todos pasa desapercibidos, cuando se cuenta con familiares medio chifles y atropelladores, y maldadosos agentes del orden que actúan en concomitancia con ellos, porque en este país en definitiva se ha
impuesto una mentalidad tan pueril, en la que los que participan creen
que están actuando en nombre de la ley, y porque bajo esas apariencias
nos engañan definitivamente. No es como uno oye decir en los medios de
comunicación. Que es el estrés el que produce toda esta serie de
algarabías en donde las vidas de las personas resultan en peligro. O que
porque se tomaron unos tragos se volvieron tan bribones qué mataron a
otro. Tampoco por que les falta ese sentido de responsabilidad en la que
deciden solucionar sus problemas personales mediante rencillas en la
que uno de los involucrados termina perdiendo la vida. Y por lo general
es el más débil. El menos bribón. O para decirlo más claro, es la
intolerancia la que se ha tomado las mentes de estos personajes.
Mentiras. Eso no es. Es una mentalidad delincuencial, que se ha venido
imponiendo y en la que muchos resultamos inermes ante estos bandidos que
pretenden hacernos creer que la ley se la pueden tomar por sus propias
manos, aún cuando ésto no es más que el producto de esas mentalidades
que mediante sus actuaciones terminan convirtiéndose en los paladines
de la libertad y del derecho, porque seguramente solucionaron sus
problemas a su favor. Es como si cuatro o más personajes de barrio se
decidieran estar pendientes a los ladrones y a los viciosos, y a su manera y a
su amaño comenzaran a ejercer la ley, por el simple prurito de que
están trabajando en anuencia con las autoridades que les dieron su
patente de corso, y mediante las cuales terminan siendo los amos de
dichas calles, y así de manera subrepticia terminan adueñándose de
bienes que no les pertenecen, mientras nos engañan a todos con el cuento
de las vigilancias privadas y las seguridades ciudadanas. El autor
lleva casi la mayor parte de su vida amenazado sin saber por qué,
mientra los supuestos amigos con los que anduvo y que fueron tantos, en
las que unos hablaban de política, otros hablaban de millones y millones
de pesos, y por último unos facinerosos ladronzuelos de calles
terminaron amenazándolo y convirtieron su vida, tal y como nos la ha
descrito "El Embrujado" en sus historias, qué parecen tan ciertas
porque uno puede terminar anonadado y convertido en un bobo, mientras
estos se burlaban de lo lindo mientras planeaban cómo iba a ser su muerte.
Las historias del "Embrujado" en sus escritos se parecen a las mías. Según él, en aquella casa qué seguramente se va a convertir en famosa por la clase de personajes con los que allí se encontró, no fue más que el pretexto de una extraña conspiración de policía que con los años se entendió que eran una historias de familias en un barrio, y una sociedad adonde autoridades non santas resultaron ser los auspiciadores de todo un maremágnum en las que los ladrones salieron también a rebuscarse con éste, porque seguramente el dinero de unos familiares, la ambición de otros por cuenta de un extraño estigma de familia que terminaron convirtiéndolo en una persona asocial, muy al estilo de lo que pasó el 9 de abril con la muerte de Gaitán, en donde los pelagatos, aquellos personajes que matan y comen del muerto, como Dioses hicieron lo que quisieron, y adonde terminó con varillas en la columna vertebral, loco y desvalido, hasta que se robaron lo que más pudieron, incluso amenazando no solo su vida sino la de sus familiares más cercanos. Y a plena luz del día como en aquella historia de "La Muerte Anunciada" de García Márquez, lo fueron amenazando y timando, hasta convertir en un sainete su historia en aquellas mentalidades de pilluelos y vagabundos mandados por estos directores de teatros, imaginarios que así como en la época de la esclavitud romana, a cualquiera que no pagara sus deudas o que quisieran llevar al circo, lo enviaban a hacer de gladiadores, para que si éstos no los mataban, los mataran los leones. Personajes que como Pilatos se lavan sus manos pundorosas, mientras sus ordenes sigilosamente son cumplidas. Y cuando muere, éste no es más que un rufián para ellos, cuando en realidad es lo contrario.
Estos imaginarios nos están haciendo mucho daño. Son las irrealidades absurdas de estos personajes que buscan sus sueños con sus desvaríos amañados y maquiavélicos, muy al estilo de las historias que se tejieron de "Al Capone" y de "Bonnie and Clid" en los Estados Unidos. Los que nos quieren hacer creer que es de políticas, y de sociedades en conflicto, no son más que sofismas de distracción ante una reaidad apabullante de una sociedad en el delirio. Nuestra sociedad, igual que nosotros, está enferma por la paranoia a que nos tienen sometidos. La desigualdad social, si bien es cierto que influye, en nuestro medio se ha subsumido en un extraño melodrama decadente de una mentalidad filibustera. Lástima. Porque sabemos que en el común de nuestras gentes, existen más personas de bien y de valores personales que las de estos imaginarios que a diario tenemos el infortunio de conocerlos en los medios de comunicación. Si nuestros imaginarios cambiaran, tal vez nuestro país sería otra cosa. Estos trabajos sobre el arte de enloquecer, son tan comunes, que algún día los historiadores tendrán que tratar sobre estas historias. Por que fueron orquestadas en las mentalidades malsanas de nuestra sociedad, para fines maquiavélicos. Muchos muertos debe de haber tras éstos entretelones, pues el "Embrujado" así me los contó. Como está ido de sí, yo no puedo afirmar nada sobre lo dicho por él.
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