Las otras guerras


Escrito por: jesusantog el 30 Jul 2011 - URL Permanente en El País.com
Publicado en esa época en El País.es
 
Aunque las otras guerras en casi nada se parecen a las que el mundo vivió en la Primera y Segunda Guerras Mundiales, éstas ya son otras. La bipolaridad entre el socialismo y el capitalismo desapareció. Los temores de otra nueva conflagración mundial por cuenta de cuál potencia sería la que se encargaría de ejercer su dominio sobre la otra en la los países subordinados a estos dos imperios: Los Estados Unidos y la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas(U.R.S.S.). Una guerra que en su momento parecía inevitable, y en el que los norteamericanos como abanderados del mundo occidental en el gobierno de Reagan proclaman la guerra de las Galaxias, como respuesta a cualquier posible ataque de cohetes nucleares, por cuenta de los rusos. Un mundo convulsionado en el que la China, después de la revolución cultural de Mao Tse Tung emergería como la otra alternativa económica del mundo contemporáneo, muy a pesar de sus salidas ideológicas en falso con la quema de los libros que para ellos representaban un peligro para su desarrollo social; y en cierta manera parecida a lo que haría Pinochet, en la que los legados de la cultura humana occidental u oriental eran la amenaza para esas dictaduras que se impusieron con el poder de las armas y la fuerza de la sin razón.
 
La guerra que nos refleja Michael Cimino en "El Cazador", y en el que Robert De Niro como uno de los protagonistas, es el mundo despiadado de la invasión del Viecong, quienes derrotaron a los Estados Unidos, y en la que estos personajes se ven envueltos en esas tragedias humanas que a todos nos hacen palidecer por su terror.
 
Tres jóvenes de Pensilvania (U.S.A.) que terminan participando en aquel conflicto, lejos de su país de origen, en la que quedan con aquella invasión del vietcong,que para ellos es su liberación de una subyugación por cuenta del imperialismo norteamerano, terminan acorralados por una tortura sicológica y de dominación ante los revolucionarios que al estilo de la ley del Talión los hacen participes de conquistar la vida en el juego de la ruleta rusa, en la que el vencedor será aquel que quede vivo, después que cada uno de ellos aprieta el gatillo de un revólver que solo contiene una bala, y que al girar el tambor de dicha arma, la suerte será la que decidirá sí vive o no vive, en medio de un espectáculo atroz en donde hay apuestas de dinero de por medio en un público muy parecido al de las galleras en nuestro medio, adonde algunos de los apostadores se pueden ganar una fortuna por cuenta de este macabro juego; y que solo así, les permitirá que ellos regresen a su país en un ataúd o tan traumatizados que nunca se recuperaerán del todo. Porque además, como en el conflicto que vivimos no tendrán piernas ni podrán soportar el peso de dichas vivencias, a las que solo nuestro héroe (Robert de Niro) las soportara, ya que su conciencia después de haber padecido dicha tortura y regresar a su patria, volverá para rescatar al amigo que se quedó allá en esos juegos de la ruleta, muy trastornado por la misma droga que los occidentales en su momento usaron para hacer que la China y todo el oriente abrieran sus cerradas culturas y economías a los colonizadores capitalistas de aquella época.
 
En esa apuesta en la que se enfrentará con el amigo que va a rescatar, nos muestra ese otro lado oscuro de la guerra. Una guerra que antes se hacía por la defensa de unos intereses sociales y económicos, y que nos tuvieron embelesados con el peligro del comunismo, y que bajo esas aguas muchos caudillos surgieron y muchas dictaduras se impusieron en nuestros países, bajo la lupa de una mentalidad guerrerista y muy salida de tono porque la vida de las personas y su economía social,solo se miraba si eran capaces de defender la democracia capitalista, una democracia que en su momento nos dejó tantas desventuras que no quisiéramos recordar, porque aquellas fuerzas policiales que domeñaron a todos estos continentes , nunca valoraron nuestras idiosincrasias ni nuestras vidas, porque los gobiernos fueron sus botines predilectos, mientras sus aúlicos nos hacían creer el peligro que se cernían sobre nuestras precarias libertades. Un comunismo ateo, y maldiciente para nuestras falsas libertades.
 
Pero que como ese vasto imperio cayó, todos esos imaginarios se desvanecieron; y en medio de todo ese cúmulo de pesadillas, nos quedaron las de los terroristas y las drogas,  donde los enemigos pueden emerger desde cualquier lado. Estas son otras guerras, y en estas aunque en nada se parecen a la de Vietnam en su momento, los imaginarios del temor por el amedrentamiento, la guerra de los carteles de la droga en el mundo por su poder en los países desarrollados, y por el dominio de la producción y su distribución en los países que estamos inmersos en la larga cadena de producción, son esas nuevas amenazas.
 
Y en esa vorágine, son otras las guerras las que libran los Estados. Y nosotros en medio de esos conflictos, vivimos otras. Muy parecidas a las pesadillas de la película de Cimino en "El Cazador".
 
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