Diferencias judaicas y árabes

Escrito por: jesusantog el 04 Oct 2011 - URL Permanente en El País.com
Publicado en esa época en El País.es

Los que no sabemos de estos temas, tan solo nos limitamos a entender por qué se odian. Los ignorantes no discernimos entre estas realidades que están ahí, desde que Inglaterra con los paises triunfadores  auspiciara en la O.N.U. su surgimiento, después que los aliados ganaron en "La Segunda Guerra Mundial" contra el eje de Berlín, Roma y Tokio; quienes sucumbieron ante el poder de las democracias de unos estados y un mundo convulsionado que casi cae ante la fuerza de la sin razón, motivados por debacles económicos y de dominación colonialistas y descaradas de un pensamiento en donde supuestamente la superioridad de la raza sería la encargada de gobernarnos.

Casi, que quedamos inmersos en esas dictaduras que se forjaron a través de la historia, en la que los imaginarios del Tercer Reich casi se imponen, ante lo que en su momento Mussolini diera las bases para la creación de lo que se llamó el Fascismo, y que Hitler retomó basado en la historia de la superioridad de una raza que tenía el derecho de ejercer su dominio en el mundo, ante el fracaso de los Germanos en "La Primara Guerra Mundial.

Una repartición mal hecha, por los triunfadores de esa guerra, que sería el pretexto para reiniciar otra ante una nueva realidad, que no era más que el triunfo de los bolcheviques contra el feudalismo y el atraso económico que representaban los Zares.

Y en la culminación y el triunfo de los aliados, la aceptación del estado de Israel por parte de la O.N.U., y la segregación de los Palestinos adonde surgió esta nueva nación que durante siglos estuvo en una diáspora sufriendo persecuciones, y que Hitler como pretexto los consideró como aliados del comunismo y el capitalismo internacional que querían impedir el surgimiento del estado austro húngaro como emblema de la Germanidad que sería la encargada de aglutinar a los mejores exponentes del ser humano sobre la tierra, fieles a las ideas de los antiguos filósofos que proclamaban la superioridad de una raza.

Acabada la guerra, otra comenzaría en aquellas regiones del medio oriente, en el que Israel se convertiría en el nuevo imperio que sería el defensor de las ambiciones estadounidenses sobre las riquezas inconmensurables de petroleo, en esas estepas de arena adonde nadie presagió que allí se librarían otras batallas no tan menores a las que fueron las confrontaciones mundiales, pero que en el siglo pasado se libraron por la supremacía y el control de dichas riquezas; y en las que los países capitalistas hicieron lo imposible para que el imperio soviético no se apoderara de ellas.

En esas guerras en las que se asumieron idearios de liberación y de nacionalismos, Israel se convertiría en un país que expoliaría a los antiguos habitantes que durante siglos convivieron con ellos, y que muchos de los nuevos destinarios de ese poder que ya se habían regado por el mundo con una cultura y unas costumbres que conservaron a través de los siglos, regresarían para realizar los sueños que comenzaron con la odisea histórica de Moisés para asentarse allí definitivamente.

Los Palestinos quedarían sometidos ante el nuevo colonialismo, entre la desesperanza de un pueblo por tener su propia autonomía como Estado, y los intereses de los Estados Unidos y las grandes potencias occidentales que veían el peligro de que los países de la cortina de hierro pudieran adueñarse de estos recursos naturales y no renovables; que bajo la égida del nuevo país que como nación haría florecer los desiertos, y que con Moshe Dayán terminaría por imponerse como el nuevo amo del medio oriente. Una potencia en la que los Estados Unidos, Inglaterra y Francia, darían todo para que los movimientos de liberación no perjudicaran sus intereses económicos que estaban basados en el petróleo.

Unas diferencias abismales entre dos pueblos. Algo parecido a lo que todos hemos deglutido mentalmente.

Unas diferencias adonde nos dicen que los judíos tienen enfermedades particulares, que construyen sus propios hospitales, y que por eso se les perseguido a través de la historia. Unas costumbres que aunque parezcan malsanas, cuando nos hablan de la costumbre de casarse entre sus propios familiares que nos recuerdan otras historias en otros países como el nuestro con los antiguos colonizadores antioqueños; y qué según nos cuentan todo lo han hecho para protegerse de los que antes los han perseguido. Unos árabes que tienen otras culturas muy diferentes, como son las de casarse y convivir con varias mujeres a la vez, y donde no se les permite a éstas vivir tal y como son las formas de vida occidentales; y todo ello en una región adonde aparecieron las tres religiones monoteístas más importantes de nuestro universo. Un mundo adonde los árabes y los judíos tendrán que terminar por cohabitar, así no lo deseen; y muy a pesar que las potencias mundiales quieran seguir aprovechándose de estas disputas.

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