Supercherías 2

Si. Desde que regresé de nuevo a aquella casa se orquestó un extraño complot. Acababa de salir del hospital con varillas en la columna vertebral y con unos nervios destrozados, que yo no sabía ni siquiera quién era. Andaba demasiado asustado. Y no vaya a creer que podría ser por algún temor que sintiera respecto de mi vida, sino simplemente por que así estaban mis nervios. No toleraban nada. Tenía una especie de coraza que cubría mi pecho y espalda, ya que se trataba de inmovilizar la operación realizada por los galenos en el hospital que digo. Unos nervios desaforados que siempre había tenido. Desde niño había vivido situaciones de peligro, y que ya he contado en Un Autista en Colombia
Había sobrevivido a un ahogamiento en el mismo día que en Zipaquira había muerto aquel niño que era el encargado de cuidarme en el colegio de los que posiblemente me amenazaban, y dentro de ellos  un bobo que me siempre me esperó a la salida del colegio durante años como si estuviera enamorado. Con los años, uno termina reorganizando toda esa historia vivida, y comprende que más allá de todo lo que me ha sucedido existe una especie de secreto tácito de familia, y de toda una ordalía por no decir de brujos que durante años me han perseguido, y eso sin contar a personajes oscuros de ley que durante toda mi vida han merodeado como si hubiera sido un delincuente.
En esa madrugada que vengo diciendo, yo estaba más que asustado porque todos esos personajes de eñ barrio Centenario de Bogotá, y en otras partes de la ciudad se habían dedicado a hacerme la vida imposible.
-¿Quiénes dan esas ordenes? ¿Y por qué lo hacen?
Son insensibles y se parecen a esos que maltratan a los animales, a los niños en su soledad, a los ancianos dentro de sus casas, y cuando los ven solos los agreden y los amenazan reiteradamente. Para mí son criminales. Lo mismo creo que dice “El embrujado” en las calles respecto de su hija: ”Secuestradores”, que obligan a un niño o niña mediante la amenaza subrepticia o el engaño a comportarse como ellos dicen, o si no le pegan o los constriñen sicológicamente.
O que le inventen algún noviazgo, cuando en realidad se la han entregado a otros para que la mantengan en ese estado indefendible, mientras a todo mundo le hacen creer que lo ha querido así. Y por supuesto, claro está lo hacen para atormentar su propia vida.
-¿Qué clase de personajes son éstos? Digo yo.
En esos años que anduve todo nervioso y aturdido por las amenazas, debo de decir que estuve así mucho antes por mi condición de autista o porque simplemente algo debió de haberme sucedido de niño. Mantenía agitado, incluso desde que murió aquel niño que era como mi guardaespaldas, y porqué el día en que casi me ahogo en uno de los bañaderos de "El Salado” en Ibagué, él ya había muerto en la noche anterior de ese final de año, pues cuando llegamos de aquel paseo que digo y que ya conté en otro blog, a su mamá la estaban esperando con el cuento de que había tenido un accidente, y estaba hospitalizado. Yo creo que no tenía ni los 12 años. Aunque para poder continuar con esta historia, con el susto que tuve en esa madrugada, y que todavía no he terminado de contar, "El Embrujado" pensó que su hija estaba secuestrada por esos malos imaginarios que no representan el papel que deben desempeñar.
Yo en cambio…
Digo que es de familia. Y que no se inventen sus historias.
Creo, y estoy convencido por mis conocimientos, que lo que sucedió en esas horas no era de brujería ni de nada que se le parezca, pues para éso debo de decir cómo fue que sucedió. Así es lo que yo creo. A otro con el cuento de brujerías, pues está probado que existen muchas formas de escuchar voces, y entre ellas están las que se lo dicen disimuladamente en las calles, las que uno escucha cuando ha tenido El delirium tremens”, y en este caso en particular como me sucedió a mí, entendí que me querían enloquecer a como diera lugar todo un grupo de intelectuales de la muerte.
“Trabajos de trabajos” la que estos engaña bobos utilizan. Y muy mal hecho, porque ésto no se le debe hacer a persona en particular, mucho menos utilizando los recursos tecnológicos del Estado, como si estuvieran tratando con un delincuente o un conejillo de indias.
-¿Y por qué no devuelven a la hija?
-Canallas, se los reitero.

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