Noticias de "El Embrujado"

Es difícil de creer, pero así como en México los policías recurren a prácticas de vudú y ritos de brujería y magia negra, para salvarse del miedo impuesto por aquellos que según dicen los periódicos y demás medios de comunicación del poder que ejercen los amos del imperio subrepticio del negocio de la droga, en otras partes del mundo esas prácticas se hacen con otros fines más entreverados y menos conocidas donde se juega con la ignorancia de las personas, de igual manera a como lo hacen allá. Nuestros imaginarios son así . Nuestras creencias nos doblegan e incluso hasta acudimos a aquellos expertos que saben de exorcismos, y todo nuestro mundo parece que estuviera ligado a esas fuerzas ocultas de las cuales se valen curanderos, brujos de todas las pelambres, e incluso autoridades que mucho más allá del tema que estoy contando creen en esas fuerzas que algunos llaman paranormales, pero que para mi no son más que la aceptación de que existen personajes siniestros que haciendo gala de la psicología y de la ignorancia, y aplicando adelantos tecnológicos juegan con la conciencia de las personas. Incluso, aún aceptando de que puedan existir, cuando se vive en esas situaciones, el temor que hace mella porque de manera descarada los aúlicos de los que ejercen el poder mediante artilugios, también se pueden morigerar contra estos conspiradores que para alguno son del mal, pero que para mí no son más que unos imaginarios descarados que si estuviéramos en una dictadura ya estaríamos muertos por denunciarlos.
Algo parecido a lo que dijo Carlos Fuentes en una de las entrevistas que le hicieron hace poco en Colombia,   cuando afirmó que los novelistas muchas veces cuentan cosas que otros no pudieran contar porque estarían muertos. No sé si se refería a las historias de García Márquez en “Cien Años de Soledad” cuando nos contó no solo la ascensión en cuerpo y alma al cielo de una de sus personajes, o cuando nos dijo lo que sucedió cuando aquel niño nació con cola de marrano.
Son historias que seguramente fueron basadas en hechos reales llevadas al mundo de la corriente literaria de la cual él hace parte, pero que seguramente tienen algún asidero.
Eso mismo digo yo, cuando he tenido noticias de “El Embrujado” que nos viene contando sus vivencias personales en Crónicas Gendarmes  y que ha tenido que recurrir a muchos artilugios para contarnos que desde niño ha sufrido toda una serie de persecuciones, y que además lo han intentado matar en más de una ocasión, porque contrario a lo que nos cuentan los periódicos sobre lo que viven las autoridades mexicanas,  éstas mediante esas prácticas en la que se utiliza la psicología y muchos trabajos que se asemejan a los de la brujería, en la que intervienen muchos adictos a esas creencias, de manera encubierta con sus esbirros, mediante la coacción descarada e incluso de familiares que mediante la coacción a sus hijos y a todos aquellos que los rodean los llevan al desquiciamiento moral, para que sean víctimas de sus actuaciones.
Terminan muertos, mientras éstos se ríen de lo lindo, sin que los que saben verdaderamente lo que le están haciendo a esa persona en particular digan algo en contra, porque sino también peligran.
Es el miedo el que provoca el silencio de muchos. Incluso de esas autoridades venales que para evitarse problemas con los suyos, y seguramente con sus compañeros, prefieren callar.
El autor lo ha vivido en las calles con otras historias que se le han venido a la cabeza, propiciadas por lo que ha vivido durante casi toda su vida, y ha entendido que las marcas de este tipo parecen tan comunes en nuestra sociedad, que solo cuando conocemos el otro lado de la moneda como en México, país al que ahora va de visita el Papa Ratzinger, se sepa de otras atrocidades cometidas por esos seres humanos, que siendo los más desarrollados del reino animal han cometido más de una felonía.
Así, es como cualquiera puede resultar “Embrujado”. Alienado. Tanto que su intimidad es violentada por la mampara de estos desquiciados sin nombre que bien pudieran haber salido de los mismísimos infiernos, por que son los perratas que parece han terminado por adueñarse de los imaginarios de un país.
¿Ha cuántos ha visto locos? ¿A cuántos ha visto hablando solos en sus casas?
El que lo ha vivido tiene razón para contar estas historias.
Así creo que por eso “El Embrujado” le grita a sus secuestradores:
-¡Liberen a la hija!
Brujildos de malas pulgas.

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