Los peligros de las democracias 3

Las democracias tiemblan. Así podría uno decir. Lo de Paraguay no fue más que un golpe anunciado por la legalidad de una constitución que en cierta medida preveía que si los cambios podrían afectar a la clase dominante, que no son más que lo que una dictadura muy al estilo de lo que nos pueda contar Gabo o Vargas Llosa en sus novelas, y en este caso los herederos de Stroenner, que en esos latifundios mediante los cuales todo un grupo de poder y de riqueza se sintieron de pronto en peligro ante lo que estaba proponiendo un presidente elegido por la votación popular, a pesar de sus desventuras y fallas como humano.  Se impuso un golpe constitucional que nos recuerdan a lo que se pretendió hacer aquí en Colombia con la reforma judicial adonde la intervención de más de un destacado abogado quería a su manera remendar o cambiar la reciente constitución del 91. Y ésto en un país de leyes donde los que no conocen a Colombia, no entienden cómo existe un conflicto que lleva más de 50 años, y cómo surgieron otros grupos que en asocio con supuestas autoridades cometieron más de una felonía; mientras en la mayor parte de nuestras grandes ciudades cualquiera que llegue de visita, no puede vislumbrar todo el conflicto social que vivimos. Un país de espejismos que bien podría llevarnos a los movimientos sociales y de guerras que se dan en los países árabes, donde la religión, su cultura, y los poderes que allí se juegan son muy importantes geopolíticamente para las grandes potencias por que en ellas se encuentra las grandes reservas petrolíferas y sus otros recursos mineros no renovables, que podrían convertir en un polvorín esa lucha que libran los hermanos árabes que hacen parte del mundo musulmán dentro de Egipto, que tras su revolución y la caída de  Mubarack, existe todo un pulso por el poder entre los militares que a pesar de haber derrocado a su propio jefe, sus relaciones con Israel le han permitido al mundo un equilibrio; porque tanto Rusia o China también se la juegan en ese continente con sus negocios anclados en Iran, en Siria, y en la mayor parte del Africa.
Entre lo que dicen las leyes redactadas en un papel, ya sea por los militares o porque los dictadores de turno las fueron cambiando a su antojo,  existe una profunda diferencia. Y allí en medio de esos huracanes Al Quaeda ve con buenos ojos este triunfo de una democracia, que por primera vez surge como la mejor opción en esa primavera arabe, que es la que marca en todo el continente africano y del mundo árabe lo que se puede avecinar. Y es que los hermanos musulmanes desde los tiempos en que Mubarack asumió el poder, y en todos esos países que la componen, siempre han estado presentes como una cofradía secreta que ha ayudado a miles de personas a su manera, que nos recuerdan esas viejas historias de nuestra democracia occidental sobre la masonería, como  en el caso de nuestros principales libertadores  que  hicieron parte de ellas.
Y claro que todo esto, no es más que una simple apreciación, cuando en México nuevamente se habla de la compra de 5.óoo.ooo millones de votos por parte del P.R.I. que retoma el poder después de 12 años, debido a al escisión del partido gobernante ante la traición de Fox, al logra que buena parte de sus electores votaran por este debido al fracaso de su política de guerra abierta contra los carteles de la droga que ha dejado a más de 50.000 muertos. Un Andrés Manuel López Obrador que vuelve y pierde, pero que en esta ocasión parece que tiene la razón, pero que mientras tanto la constitución que los rige, dará su fallo hasta septiembre.
Y sin embargo, tal y como lo vemos en buena parte de nuestras democracias, a veces nos parecen que estas pueden ser también democracias espúreas, por que más de uno se vende por un plato de lentejas.  Y en estos tiempos modernos, los votos fueron pagados mediante tarjetas bancarias. Qué solo hasta ahora se sabe que lo prometido no fue cumplido.  Los mercaderes de votos no pagaron lo que ofrecieron. Lo mismo que sucedió en Paraguay, o lo vivido en Honduras. Democracias que continuarán con sus vicios, así el mundo diga lo contrario.
Así son nuestras democracias. Y muy diferentes a las que se viven por estos tiempos en Egipto y en el mundo árabe.
¿Cómo serán las de China, cuando hasta ahora dentro de esos pasillos del poder algunas cosas se saben, no tan diferentes a las que se viven en la vieja Roma imperial que entre bambalinas se nombra a un sucesor de San Pedro?

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