Los peligros de las democracias


Ha pesar que la democracia en nuestro continente americano se está consolidando, lo que nadie preveía era que pudiera darse un golpe institucional por el propio parlamento paraguayo, tal y como aconteció con el presidente Lugo. No tuvo tiempo para defenderse. Ni siquiera la presión de los presidentes y de los medios del mundo entero impidieron que fuera destituido y reemplazado por su vicepresidente en medio de una ostentación de poder de dos grupos políticos que como el colorado y los liberales siempre han gobernado, incluso cuando la dictadura de Stroessner, en esos años aciagos en que los militares se enseñorearon con sus dictaduras en todo el continente en los tiempos en que escritores como García Márquez y otros novelistas describieron todo lo que acontecía alrededor de estos dictadores, que también eran prisioneros de sus propios destinos en un mundo donde las políticas de dominación ideológica exacerbaran la lucha contra el peligro que representaba el comunismo internacional, y que el pentágono desde los gobiernos de varios presidentes norteamericanos creían que era la única manera que podían proteger su patio trasero en lo que se llamó la política de la guerra fría. Una ideología que ha cambiado donde la modernidad y las nuevas formas de explotación y convivencia  han hecho que en este mundo globalizado haga que los países marchen por los senderos del respeto de las democracias, y que mediante el voto popular elijan a sus gobernantes, y que los militares ahora sean los encargados de protegerlos. Y todo esto, a pesar del golpe de Pinochet contra Allende,y todo ese proceso dado que ha hecho que las ideologías cambiaran, y así también nuestros propios imaginarios colectivos que ahora se basan en las leyes que los estados se han dado, que nos recuerdan los conceptos de Montesquieu con el equilibrio de poderes, adonde continuamente acuden los estudiosos para poder sacar más conclusiones sobre los principios de la libertad y los conceptos que ahora tenemos sobre el sistema social que nos rige. Unos principios que enmarcados dentro de lo que se ha dado en llamar constitucional que enmarcan nuestros deberes y derechos consagrados en una constitución que como en el caso de nosotros es el del presidencialismo, y que en nuestro país bajo esos esquemas, antes que entrara a regir la constitución del 91 en Colombia, la mayoría vivimos bajo la apariencia de una democracia, mientras el articulo 121 y 122  le daba facultades omnímodas al presidente, tanto que en el gobierno de Lleras Restrepo le quitó facultades al congreso para legislar en  materias económicas.
La mayoría de los colombianos vivimos bajo el “Estado de sitio” y “La emergencia económica”, que estos dos artículos signaban. Y sin embargo nuestra estabilidad perduró a pesar del conflicto interno, mientras las dictaduras fueron cayendo, que incluso ahora a Videla, el representante de una de las más oscuras pesadillas en Argentina, acaba de ser condenado a cadena perpetua.
Nuestras democracias no son tan perfectas tal y como nos lo dicen los artículos que rigen nuestra el constitución. Ya lo estamos viendo en Colombia con la famosa reforma judicial. Y a pesar de los intentos de golpes contra gobiernos como los de Ecuador con la revuelta de los policías, o el golpe contra Chávez, solo sabíamos de esos peligros con lo sucedido en Honduras contra un presidente que quería reelegirse, y que fue tumbado en esos golpes donde las leyes y sus hombres encargados de hacerlas cumplir, mediante esguinces lo sacaron del poder.
No así lo de Paraguay. Una revuelta de campesinos por el derecho a una propiedad de un terrateniente del partido colorado, que choca contra unas fuerzas policiales donde hubo varios muertos, y que bajo esta situación se destapa ese viejo conflicto de la desigualdad adonde la propiedad particular de  la tierra no es más que el recuerdo de lo que un dictador que como Stroessner hizo para que unos pocos tuvieran más de lo que poseen los desvalidos campesinos; y que veían que lo del presidente no podía seguir porque de manera velada creían que representaba un peligro a su poder. Y como en realidad dentro de esas esferas donde los grupos políticos que siempre han gobernado, sabían que el presidente estaba solo y sin apoyo de un partido político, casi que de facto lo declararon culpable valiéndose precisamente de la misma constitución que los rige, lo que se constituyó en un “golpe expresss", tan rápido y legal, que este incluso ni siquiera lo intuyó, y mucho menos que en pocas horas tendría que abandonar su cargo. Y bajo esa presión sicológica, ante los denuestos de sus partidarios, seguramente aceptó la decisión para evitar derramamientos de sangre.
Aunque claro está, nadie sabe lo que el pudo pensar exactamente ante esa situación, pues resultaba siendo un golpe constitucional. Los intringules de lo que hizo o de lo que hicieron los que lo tumbaron, bien podrían servir para una obra de teatro al estilo de  Shakespeare, y si Greta Garbo existiera tal vez nos pudiéramos dar el lujo de ver una película basada en este escritor famoso, sobre  todo lo acontecido con un ex clérigo que cometió errores mundanos como el común de los mortales, pero que a diferencia de los Borgias que mediante guerras se instauraron en el poder de la iglesia, apenas logró gobernar unos pocos años hasta que las viejas castas políticas y los verdaderos dueños del poder en Paraguay, lo destituyeron, por más que nos digan que fue legal.
Son los recuerdos de esos imaginarios de una vieja dictadura, que todavía no acepta que el mundo ha cambiado.

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