El dragón chino

Publicado en esa época en El País.es
“El imperialismo es un tigre de papel”. Así decía Mao Tse Tung acerca de los Estados Unidos. Así eran las viejas enseñanzas del autor de la gran marcha que terminó por liberar a aquel pueblo que estaba bajo el dominio de Chian_Kai-shek, y que terminaría  porque este último terminaría reducido a lo que hoy es  la república de China, muy contraria a la socialista de Mao,  y que lo obligó a quedarse en Taiwan.
Ahora su lema se ha cumplido.  La República Popular China no solamente ambiciona tener bajo su égida a Taiwan  si no que se ha constituido como un  imperio que ya suplanta a lo que decían antes los comunistas acerca de los estadounidenses.
El dragón chino ya no tiene tanta importancia debido a que no quiere figurar como el poder de dominio que hoy ejercen los directivos del partido único y comunista que administra esa gran nación que ya supera los 1.250 millones de habitantes, en medio de una economía que antes de la revolución cultural que pretendió aniquilar todos los conceptos  occidentales en algo parecido a lo que sucedió en Chile con Pinochet, cuando en una plaza quemó los libros que infundían la cultura literaria de todo lo que ha sido en nuestro medio las enseñanzas del desarrollo humano intelectual a través de la historia, y ejerciendo un papel tan dominante que con los años mediante otros emblemas políticos, pero bajo el dominio comunista como partido único,  Deng Xiaoping daría al traste con esa ideas maoistas que sin negarlas, las superaría con una planificación económica al estilo de los países que como Estados son dueños de los medios de producción, y que como exigencia pedía para que se cumpliera su mandato, que cada diez años se duplicara su producción económica.
Pero como en esos vaivenes donde los hombres y los pueblos  hacen la historia, al líder más izquierdista en su entorno terminaría con contratos hechos de mala fe con Inglaterra, donde su esposa en un complot que nunca se había visto dentro del seno de estos prohombres comunistas, mataría  a su socio con el contubernio del más alto encargado de la policía. Inglaterra exigiría que se supiera de qué se trataba, y el policía que era más  cercano a Bo Xilai, quien precisamente encarnaba un cambio dentro de esa dirección partidista que aspiraba al actual comité central elegido en este XVIII Congreso del partido Comunista, terminaría implicado en la muerte de este ciudadano junto con su esposa. Uno que posiblemente estaría dentro de los candidatos que ahora, después que se elija el comité de los 7 o 9 personajes más encumbrados que  gobernaran otros 10 años a China.
Hu Jintao,  que tras el legado de Den Xiaoping logró consolidar lo que se proponían los antiguos dirigentes que ahora bajo este nuevo mandato tras la reforma constitucional dentro del partido a pedido de este,   entregará a su sucesor Xi Jinping un partido y un país cuya meta es consolidarse como primera potencia del mundo.
Y así parece que su tiempo ha llegado.  Japón ya ha recordado  a los Estados Unidos* su tratado para evitar la expansión que pretende China para convertirse en el verdadero amo del sur del Pacífico, y que además quiere para si unas islas que Japón considera parte de su territorio.
El nuevo secretario general  seguramente seguirá dentro de esa senda donde los comunistas seguirán gobernando, mientras sus miembros continuarán haciendo parte de esa burocracia y engranaje que ahora domina el Estado, bajo la mirada de un desarrollo social donde el poder económico de la clase media exige más libertades porque  están mejor informadas, y porque el recién elegido no solo hace parte de una familia que ha estado dentro del poder desde los tiempos de los que fueron los sucesores  de Mao;  sino que también encarna en gran parte esa nueva visión sobre la  China moderna, que incluso ha echo estudios como otros en universidades norteamericanas, y  que quiere deshacerse de lo que significa el Dragón en el mundo por una mascota que como el Oso Panda la hacen más querida ante la opinión mundial, pues para poder mantenerse necesita conseguir vastos recursos minerales para sostener la producción de sus fábricas, que incluso parece que ya ha superado a la que los Estados Unidos necesitan.
Necesita que los miembros de ese clan en que se ha constituido la cima gobernante del poder, no solo esté al tanto de los grandes cambios sociales del mundo, si no que esté capacitado para administrar dentro de sus respectivas localidades todas esas ambiciones que su dirigencia encarna, pues esa nueva clase social quiere vivir bien y tener capacidades económicas casi que iguales o más a las que se dan en los países desarrollados capitalistas. Igual que se prevé que en pocos años la  mayoría de sus habitantes ya no estarán en el campo,  sino en las ciudades.
Controlar la corrupción, y tratar de bajar los precios de las viviendas para sus habitantes, y sostener una economía que amenaza adueñarse de la producción de la mayoría de los países del mundo,  mientras  compiten con los Estados Unidos* su poderío militar y  el de los mares dentro de su zona de influencia en el océano pacífico, son tal vez unas de las metas próximas de los que con Xi Jinping a la cabeza estarán al mando de esta nación durante su periodo de gobierno.
Lo del Dragón Chino, tal vez ya sea una historia vieja. Faltará por verse.
Compre nuestros libros dando clic en cada uno. Prioritario: Historia Básica del Tolima


.

Entradas populares de este blog

Asesinatos perfectos

Asesinatos perfectos

Convidando a papá (5a parte)