Los intelectuales de la locura y...

Escrito por: jesusantog el 09 Nov 2008 - URL Permanente Publicado en el País.com
Publicado en esa época en el País.es

… la muerte. Claro que a lo que iba es a que mediante esos artilugios muchos se escudan con sus supercherías y a base de lengua caemos por ignorancia o sugestión en sus redes. Si Ud. ha oído hablar a otro solo en la calle o en su casa, sabrá que algo le pasa. Dirá que está chiflado. Son trabajos muy comunes por estas tierras. Y claro que para que uno llegue a esta situación tiene que haber algo de por medio. ¿Alguna vez se ha sentido en su propia casa, perseguido? ¿O durante años Ud. ha sido sometido a una especie de tortura sicológica mediante agresiones en la calle o con familiares? O que simplemente supuestos vecinos y trúhanes pareciera que lo esperaran mientras su vida la ha sentido en peligro, aunque en apariencia no lo sea así. 

Yo tengo la ventaja, por no decir la desventaja de haber vivido una vida escabrosa que aunque duré muchos años sin entender, y después que me enloquecieron y regresar al mismo sitio que el que escribe las historias de la "Casa Embrujada", y de haber elucubrado sobre circunstancias que viví desde muy niño en Ibagué, entendí que había una marca extraña y siniestra. En fin. La ignorancia es atrevida, y tal vez hagamos parte de esos personajes que en apariencia andamos por la vida sin ton ni son. 

Pero mire: No recuerdo si es en la novela "Años de Fuga" de Plinio Apuleyo Mendoza; o en Los Elegidos de López Michelsen, o de pronto en un escritor de Francia que nos habla sobre la generación perdida que en la juventud no logra realizar sus verdaderos sueños. Así como de joven conocí a muchos políticos, también conocí otro grupo de muchachos que años después vivirían de lo que vulgarmente llamamos brujos. Ni que decir de otros falaces que terminaron mal. Hubo uno en particular, que estudió conmigo en un colegio de los Franciscanos, que me comentó sobre su nuevo oficio. Comentaba cómo era que tenía hacer su teatro, mientras fue consiguiendo una clientela de la cual vivía. Hacía sus riegos en los negocios comerciales, y rezaba para que la envidia de sus enemigos no le fueran a hacer ningún daño al dueño del establecimiento ni a su negocio. Se transformaba, me decía. Y me lo decía en su tono de rebuscador que es como muchos se consiguen la vida de mala manera. Claro que con el tiempo, cuando lo volví a encontrar me comentaba que había rodado con suerte. Así es la vida. Una cliente suya, según entiendo de muy buena posición social, había caído en su red. Había acudido a éste, para que le hiciera mediante brujería regresar a su amado. Y él un experto en esas artes adivinatorias y del más allá, mediante sus artilugios, lo había logrado. Un chepazo. Pura suerte me comentó riéndose. Claro que así más clientela le llegaría. Creo, y lo digo después de más de 30 años que debería de haber terminado convenciéndose de su oficio. Pues, al poco tiempo regresaría la misma cliente que lo había buscado, para que se lo alejara para siempre. El, según me dijo, lo estaba pensando ya que tenía que cobrar por su sortilegio mucho más de lo que le había cobrado para regresarlo, ya que según me dijo estaba de por medio su reputación, por si de pronto no conseguía que sus propósitos se cumplieran tal y como lo quería ella.

Debo de decir que nunca más nos volvimos a ver, y todavía no sé  si sus rezos o sortilegios en los que era un experto, y si aquella mujer acaudalada hubiera decidido pagar o no para que lo alejara nuevamente, y si éste lo hubiera logrado; o debería de andar muy bien económicamente. Supongo, que con el tiempo terminaría el mismo creyéndose su historia. En el Otoño del Patriarca, cuando García Márquez comienza contándonos cómo una vaca anda entre lo que fue la casa del dictador que habiendo tenido todo el poder, rumiaba entre lo que había quedado. Así somos los humanos. Nos creemos nuestras historias. Así hay muchos brujos por ahí. Se las creen. Comienzan con ardides y terminan convencidos que lo son. Bueno, y ahora que me dice: 
¿Existen las brujas, o que las hay las hay?  
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