Caudillos y políticos 2






Escrito por: jesusantog el 05 Jun 2011 - URL9 Permanente en El País.com
Publicado en El País.es

En 1.957 estaba muy niño cuando salí de la casa a hacer un mandado, de ésos que le mandaban a uno las madres para poder hacer el desayuno adonde habia que ir a una tienda cercana, y sin embargo aquel día las calles parecían desoladas porque ningún establecimiento estaba abierto, y no se veía ningúna persona que deambulara a esas horas en pleno centro de una ciudad pequeña como lo era en su momento Ibagué. Así nos criamos. Sin embargo se me hizo extraño, y con el correr del día supimos que el general Rojas había caído ante las manifestaciones populares y las presiones de las organizaciones gremiales y económicas que unos pocos años lo habían alabado. Yo no lo entendí en su momento. Años más tarde supe lo del acuerdo logrado entre los dirigentes de los dos partidos históricos, en un pacto a que llegaron éstos en Benindorm, que si mal no estoy está en España adonde los dirigentes decidieron la creación del Frente Nacional, mientras los militares  manejarían por un corto periodo al país, en un acuerdo en el que liberales y conservadores se erigirían como los representantes absolutos de la participación ciudadana con el ejercicio del sufragio, sin contar con aquellos que de una u otra manera no estaban con ellos, pero como en nuestras maneras de pensar y de obrar en una nación adonde el principio de la ley y el derecho son los que han primado en nuestras culturas, y que vienen desde la independencia hasta nuestros días, otros grupos políticos y nuevas alianzas fueron surgiendo mientras el festín de la buracracia y la administración solo podía ser manejada por ellos. Aunque claro, el régimen presidencialista que todavía existe por la influencia en nuestro país de la legislación francesa fue reformada por el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, adonde el manejo económico quedó en manos del gobierno, sin que los parlamentarios pudieran ejercer la libre autonomía que años antes habían ejercido.

Colombia se había convertido en un país de ciudades. Rojas Pinilla volvería despues a la contienda política, y en esas habilidades en las que las fuerzas policiales estaban del lado de los dirigentes que defendían la democracia bipartidista, no volvería a ejercer ningún mandato estatal. Estando todavía muy jóvenes tuvimos que irnos temprano a nuestras casas por cuenta del poder omnimodo del articulo 121 de nuestra constitución nacional en donde mediante el estado de sitio, ejerciendo otras leyes muy parecidas a las de los dictadores, serían las que nos seguirían gobernando.

El caudillismo encarnado en una persona ya lo volveríamos a ver, mientras los nuevos dirigentes trataban de ejercer otro dominio que nos rigió durante buena parte de nuestros existencias, en la que se ejerció de manera legal otro tipo de manejos estatales en las que los gobiernos encargados por los diferentes presidentes que tuvimos muy a su manera, también lograrían hacerse de prebendas personales, aunque caudillos como tales no tuvimos.

Aunque claro que a la edad de mi primera experiencia personal en la que un caudillo caía, no la entendí en su momento, ahora nuestras ideas sobre estos personajes nos hacen caer en la cuenta que ellos surgen porque se dan esas circunstancias en la que los dirigentes, los organismos de las fuerzas de la autoridad, las organizaciones políticas y sociales, pero sobre todo el factor económico influyen para que éstos surjan.

Tal vez por éso, nos salvamos de las diferentes dictaduras que surgieron en el continente, y que también fueron desapareciendo en la medida que los conflictos sociales fueron cambiando de contenido, y en la que el desarrollo de los medios tecnológicos con la caida del socialismo, cambiaron nuestros rumbos y nuestras identidades particulares como pueblos, haciéndonos más universales.

Quién no recuerda a Siervo Joya, el personaje de una de las novelas de Eduardo Caballero Calderón.Los gamonales, ejerciendo el dominio de los politicos de turno en los pueblos en una época muy bien descrita por el autor. Los nuevos dueños del poder que fueron surgiendo del dinero de los negocios ilícitos de la droga , crearon otras mentalidades tan diferentes, en la que el emergente se hizo dueño y señor en las ciudades y en los campos, y en las que los nuevos políticos y gamonales se subsumieron en ese otro mundo de una guerra sin cuartel en las que autoridades venales, políticos sin ningún asomo de moralidad, en contubernio con la proliferación de una mentalidad muy parecida a las de los italianos en su momento, en las que todos casi terminamos convertidos en mercenarios de nuestras propias ideas porque estaban compradas con el éxito  de los comerciantes que en el mundo entero negociaban a su amaño con unos Estados en las que muchos de ellos terminaron a sus servicios, pues como aúlicos todos admirabamos a los nuevos capitalistas que podían comprar el voto de los ciudadanos.

Pero así, incluso de manera subrepticia los caudillos siempre han terminado haciendo de las suyas en nuestros pueblos con técnicas que van desde la publicidad hasta el amedrentamiento social, en la que el dinero fluye como si fuera la panacea de nuestros males, o los recursos del estado son usados en su provecho. Goebels lo hizo a su amaño en la Alemania Nazi. El Duce, fue su gestor idelógico. Caudillos que sumergieron al mundo entero en un infierno. Así lo han hecho todos los caudillos.

Y tal vez por eso, los escritores como García Márquez, Vargas Llosa, etc., para contarnos sus truculencias tienen que acudir a la literatura, para recordarnos que en el estado de derecho, estas malformaciones del poder siempre pueden terminar en alguna dictadura, ya sea personal o de derecho.
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