Caudillos y políticos 3
Publicado en esa época en El País.es
No se trata en estos casos de personas particulares, sino más bien como lo dijera Gaitán en su momento: "Él no era un hombre, sino un pueblo", pues los caudillos surgen por las necesidades que en cierta medida sufren las mayorías de los pueblos, y que en alguna medida representan su salvación. Son lo mejor de lo que otros gobiernos hubieran podido dar, pero que en ese momento ya son mesiánicos y se convierten en imprescindibles para la salvación económica y social de un país.
Sus imaginarios colectivos subrepticiamente dentro de sus inquietudes y ambiciones, los ven representados en lo que dice aquel lider o caudillo que puede muy bien representar a la ambición política de un partido, o la de una persona que en ese momento amalgama todo lo que un pueblo desea para si, y que ve en sus discursos y en los que lo rodean la salvación a todos los males que posiblemente puedan aquejar a una nación, o a un conglomerado en partícular.
Para nuestro caso, la muerte de Gaitán que desencadenó toda esa ola de violencias sociales en toda Colombia, y que trás su muerte se produjeron los más horrendos crímenes de lesa humanidad según nos lo cuenta un padre católico que escribió un libro sobre esta oscura historia de nuestro país, y de cuyo nombre no me acuerdo, pero si de las fotos de los muertos colocados en pila en "La Plaza de Bolivar" tras el fracaso de la supuesta coperación de las autoridades militares y policiales a favor de los insurrectos que demencialmente decidieron que lo único que podían hacer era saquear los negocios, mientras muchos de los dirigentes creyeron que podían jugar su papel al encontrarse allí reunidos la flor nata de dirigentes que querían organizar lo que en su momento quiso hacer Bolivar con todos los gobiernos del sur de los Estados Unidos, y que los estudiantes del continente llegaron allí para reclamar las libertades de los pueblos en la que la libre catedra era fundamental, en los años en que el triunfo de los aliados sobre el eje del tercer Reich desencadenó los nuevos vientos en que el socialismo y las democracias occidentales se daban cita, para saber cuál de éstas corrientes ideológicas iban a primar en el mundo que nacía después de La Segunda Guerra Mundial.
Gaitán representaba en su momento, una salida al debate entre una Colombia feudal y un capitalismo incipiente, que años después otro gobierno quiso desarrollar en el campo como un nuevo modelo de desarrollo capitalista.
La barbarie entre liberales y conservadores y en el que las fuerzas policiales se alinderaron ante un país ensangrentado abrieron el camino a la dictadura de Rojas Pinilla, como única forma de solucionar el conflicto generado por la muerte del caudillo, que no logró realizar sus ambicosos proyectos.
Y así como el caso de nuestra historia, todos los caudillos surgen como soluciones a problemas planteados por sus pueblos, y aunque no lo quieran, también están prisioneros de sus destinos mesíánicos que son en buena parte sus proyectos con los que sus seguidores terminaron endiosándolos. Con el tiempo, cuando el pueblo comprende que ya ellos no los representan porque solo buscaban satisfacer sus ambiciones personales y de unos pocos, o porque desgraciadamente el modo social que los hizo surgir hace que sus sueños ya no representan el bienestar social que auguraban, los mismo pueblos terminan por sublevárseles.
Así terminan los caudillos. Tal vez por éso el adagio popular que dice: "Pueblo que no conoce su historia, está obligado a repetirla". Ya que es muy probable, que de esas mismas cenizas los caudillos resurjan como la historia del "Ave Fénix".
Son un síndrome.
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Aquel día en que cayó la dictadura de rojas Pinilla, tal y como lo venía diciendo no se parecía a los que había vivido. Estaban las calles desoladas. Un cuanto tiempo después dentro de mi casa oí el ruido de sirenas, y hasta donde recuerdo escuché algún vocinglerío en medio de una niñes que disfrutaba entre los juegos de esa época adonce me congraciaba con los cuentos de las caricaturas de algunos periódicos de esa época y otras historias, mientras supongo que otros disfrutaban de aquel día que había acabado con toda una época de dictadura militar.
No se trata en estos casos de personas particulares, sino más bien como lo dijera Gaitán en su momento: "Él no era un hombre, sino un pueblo", pues los caudillos surgen por las necesidades que en cierta medida sufren las mayorías de los pueblos, y que en alguna medida representan su salvación. Son lo mejor de lo que otros gobiernos hubieran podido dar, pero que en ese momento ya son mesiánicos y se convierten en imprescindibles para la salvación económica y social de un país.
Sus imaginarios colectivos subrepticiamente dentro de sus inquietudes y ambiciones, los ven representados en lo que dice aquel lider o caudillo que puede muy bien representar a la ambición política de un partido, o la de una persona que en ese momento amalgama todo lo que un pueblo desea para si, y que ve en sus discursos y en los que lo rodean la salvación a todos los males que posiblemente puedan aquejar a una nación, o a un conglomerado en partícular.
Para nuestro caso, la muerte de Gaitán que desencadenó toda esa ola de violencias sociales en toda Colombia, y que trás su muerte se produjeron los más horrendos crímenes de lesa humanidad según nos lo cuenta un padre católico que escribió un libro sobre esta oscura historia de nuestro país, y de cuyo nombre no me acuerdo, pero si de las fotos de los muertos colocados en pila en "La Plaza de Bolivar" tras el fracaso de la supuesta coperación de las autoridades militares y policiales a favor de los insurrectos que demencialmente decidieron que lo único que podían hacer era saquear los negocios, mientras muchos de los dirigentes creyeron que podían jugar su papel al encontrarse allí reunidos la flor nata de dirigentes que querían organizar lo que en su momento quiso hacer Bolivar con todos los gobiernos del sur de los Estados Unidos, y que los estudiantes del continente llegaron allí para reclamar las libertades de los pueblos en la que la libre catedra era fundamental, en los años en que el triunfo de los aliados sobre el eje del tercer Reich desencadenó los nuevos vientos en que el socialismo y las democracias occidentales se daban cita, para saber cuál de éstas corrientes ideológicas iban a primar en el mundo que nacía después de La Segunda Guerra Mundial.
Gaitán representaba en su momento, una salida al debate entre una Colombia feudal y un capitalismo incipiente, que años después otro gobierno quiso desarrollar en el campo como un nuevo modelo de desarrollo capitalista.
La barbarie entre liberales y conservadores y en el que las fuerzas policiales se alinderaron ante un país ensangrentado abrieron el camino a la dictadura de Rojas Pinilla, como única forma de solucionar el conflicto generado por la muerte del caudillo, que no logró realizar sus ambicosos proyectos.
Y así como el caso de nuestra historia, todos los caudillos surgen como soluciones a problemas planteados por sus pueblos, y aunque no lo quieran, también están prisioneros de sus destinos mesíánicos que son en buena parte sus proyectos con los que sus seguidores terminaron endiosándolos. Con el tiempo, cuando el pueblo comprende que ya ellos no los representan porque solo buscaban satisfacer sus ambiciones personales y de unos pocos, o porque desgraciadamente el modo social que los hizo surgir hace que sus sueños ya no representan el bienestar social que auguraban, los mismo pueblos terminan por sublevárseles.
Así terminan los caudillos. Tal vez por éso el adagio popular que dice: "Pueblo que no conoce su historia, está obligado a repetirla". Ya que es muy probable, que de esas mismas cenizas los caudillos resurjan como la historia del "Ave Fénix".
Son un síndrome.
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