Las otras guerras 2
Escrito por: jesusantog el 09 Ago 2011 - URL Permanente en El País .com
Publicado en esa época en El País.es
Y tal como venimos diciendo, éstas no se parecen a las dos confrontaciones mundiales que vivimos en el siglo pasado, éstas más bien son las consecuencias de esos fantasmas que todavía nos sacuden, atavismos que a diario tenemos que soportar en este mundo en el que ya la bipolaridad entre el socialismo y el capitalismo pasó a un segundo plano con la caída de los totalitarismos de Estado. Según el decir, de los acólitos del capitalismo.
En "Taxi Driver" de Scorsee, se nos describe ese otro mundo inmerso en las moles de cemento, que hace poco fue convulsionado con la caída de las dos torres de Rockefeller provocadas por Al Quaeda, y que eran el emblema de nuestro mundo civilizado y occidental, adonde los sueños de la conquista de la libertad se los llevaron estos terroristas islamistas que en nada se parecen al estoicismo de esa otra cultura humana sumida en la pobreza económica.
Aquí se nos cuenta otro conflicto, por cuenta del personaje representado por Robert de Niro, que con su magistral actuación, refleja el fantasma de lo que presumiblemente vivió en la guerra de Vietnam, y que como consecuencia pretende hacer justicia por su mano tratando de salvar. a una niña prostituta de 13 años de su proxeneta y de la sociedad que la ha llevado a esta situación; un personaje inestable que en medio de la soledad y de su trabajo como chofer en las calles de Nueva York, entre el licor y sus angustias existenciales en ese otro universo de las ciudades que terminaron por convertirse en una verdadera alienación para el ser humano. Al tratar de hacer su justicia privada, nos refleja su mundo obnubilado por los fantasmas de la guerra en el Vietnam.
Publicado en esa época en El País.es
Y tal como venimos diciendo, éstas no se parecen a las dos confrontaciones mundiales que vivimos en el siglo pasado, éstas más bien son las consecuencias de esos fantasmas que todavía nos sacuden, atavismos que a diario tenemos que soportar en este mundo en el que ya la bipolaridad entre el socialismo y el capitalismo pasó a un segundo plano con la caída de los totalitarismos de Estado. Según el decir, de los acólitos del capitalismo.
En "Taxi Driver" de Scorsee, se nos describe ese otro mundo inmerso en las moles de cemento, que hace poco fue convulsionado con la caída de las dos torres de Rockefeller provocadas por Al Quaeda, y que eran el emblema de nuestro mundo civilizado y occidental, adonde los sueños de la conquista de la libertad se los llevaron estos terroristas islamistas que en nada se parecen al estoicismo de esa otra cultura humana sumida en la pobreza económica.
Aquí se nos cuenta otro conflicto, por cuenta del personaje representado por Robert de Niro, que con su magistral actuación, refleja el fantasma de lo que presumiblemente vivió en la guerra de Vietnam, y que como consecuencia pretende hacer justicia por su mano tratando de salvar. a una niña prostituta de 13 años de su proxeneta y de la sociedad que la ha llevado a esta situación; un personaje inestable que en medio de la soledad y de su trabajo como chofer en las calles de Nueva York, entre el licor y sus angustias existenciales en ese otro universo de las ciudades que terminaron por convertirse en una verdadera alienación para el ser humano. Al tratar de hacer su justicia privada, nos refleja su mundo obnubilado por los fantasmas de la guerra en el Vietnam.
Algo parecido al conflicto que estamos viviendo en nuestro país, cuando los fantasmas de esas otras guerras que se libran en la parte rural de nuestro país, por las apetencias económicas y sociales, sumidas entre el desespero de los campesinos que se ven obligados a abandonar sus tierras, o a participar en ese conflicto que no es más que la consecuencia del consumo de las drogas en los países desarrollados, y que inmersos y obligados a todo lo que han vivido entre el desespero por la muerte y la tortura de miles de colombianos, al llegar a la ciudad terminan también obnubilados por lo que han vivido, y alienados quieren hacer justicia por sus manos, o terminan como actores de otro conflicto muy subterfugio, porque mediante éste se pretende en apariencia hacer justicia, cuando en realidad están delinquiendo, con el cuento de que son los nuevos encargados de las vigilancias en las calles, mientras las autoridades a quienes realmente les corresponde ser los garantes de nuestras libertades, terminan apocadas ante las intemperancias de todo un imaginario que parece se hubiera tomado el país; y es ahí adonde a diario vemos esos seres, que como en el caso del personaje de Robert de Niro, o se suicidan, o matan; y en general delinquen convencidos de que esa es su verdadera ley, cuando en realidad están muy despistados y sumidos en la miseria de sus verdaderas miserias humanas.
Nuestros conflictos ya son otros, por que ellos merodean las de los vecinos, las de los amigos y familiares, en una nueva cultura que ahora llamamos la de la violencia social, pero que más bien obedece a todo un imaginario, muy policíaco y muy parecido a lo que nos describe "Taxi Driver". Claro que las circunstancias son otras, porque aquí vivimos el sicariato, y la amenaza sutil y bien organizada, en donde uno sabe que de alguna manera está marcado, como si no tuviera el derecho a vivir tranquilamente sin la amenaza de un mismo familiar, de un vecino, o de una supuesta autoridad. Y allí adonde hay poderes y dinero, tiene que haber otra cosa, porque las apariencias engañan. Nos recuerdan a los conflictos que vivieron los norteamericanos con las mafias como las del "Capone" o "La Cosa Nostra". Estas son otras guerras. Muy diferentes y sutiles. Muy subliminales por cierto, así como en las historias de los grandes músicos que nos deleitan.
Son otras guerras.
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