Los negocios de las guerras



Escrito por: jesusantog el 07 Oct 2011 - URL Permanente en El País.com

Está probado que alrededor de las guerras, siempre hay negocios. Que pueden ser particulares o de Estado. En esta foto de archivo, que nos recuerda la aventura de un sueño por construir un canal en el itsmo de Panamá, para unir los dos mares. Un sueño que venía desde su descubridor Balboa,quien  tras su aventura supo que estaba ante otro mar: "El mar del sur". 
Un mar al que ahora llamamos El Pacífico, pero que en esos tiempos ni siquiera Cristobal Colón se imaginó que estuvo cerca y muy lejos, para llegar al lugar de donde provenían las especias orientales, por que la milenaria ruta de la seda que tanto lo sedujo con las aventuras de Marco Polo, al cruzar el océano sólo estaba la América. Un continente que ningún occidental  intuía que existía, y mucho menos que los indios que buscaba fueran con los que se encontró.
Una ambición que un francés emprendió, pero que la malaria y la falta de apoyo hicieron que fracasara su odisea a pesar de la construcción de un ferrocarril; que tuvo que abandonar,y que solo resultó una realidad cuando los norteamericanos comprendieron que en medio de esa guerra que se libraba, una violencia estéril entre hermanos, en la que los liberales la emprendieron cuando comprendieron que no tenían derecho a gobernar mientras la constitución del regenerador Rafael Nuñez y sus seguidores, existiera. Nunca los dejarían llegar  al poder. Un gobierno que al estilo de Manuelita Saenz, otra mujer sería la abanderada de sostener su hegemonía regentada desde "El Carnero" en Cartagena. Una guerra de mil días que sería desastrosa.
Una confrontación en la que los poetas de aquel tiempo, conservadores, que no se dieron cuenta que en esa lucha, habían abandonado a un departamento, y que con ese pretexto, para salvaguardiar la construcción del canal, con las políticas de Roosvelt, a cambio de un oneroso contrato en la que Colombia a cambio de firmarlo, de por vida tendría el derecho de pasar sus buques por dicho canal, y que con el tiempo por fin revertieron esos derechos y su soberanía al pueblo panameño en el gobierno de Torrijos, y con la aquisencia del gobierno de López Michelsen.
Así han sido los negocios de las guerras donde las armas y el poder juegan el papel, tal y como se comprobó en los tiempos de Lenín y la revolución Bolchevique, cuando los alemanes lo dejaron pasar por su territorio desde Finlandia, en un tren protegido por éstos, para que pudiera dirigir la insurrección contra el zarismo.
Unos negocios que a veces son secretos entre los actores de los conflictos que pueden ser entre personas a nombre de unos Estados, o porque simplemente la corriente de la historia así los hace.
Negocios de armas. De reparticón de tierras y pueblos. De colonizaciones en las que los perdedores terminan como esclavos o muertos. Así ha sido siempre.
Algo parecido a lo que hoy vemos con el negocio de la droga. Una ilegalidad que eleva los precios de este mercado negro, en la a que los países consumidores tan solo les importa, como en el caso de los Estados Unidos, los dólares que se esfuman de sus arcas, que van a parar a los mercados negros de los países productores, y que no hace muy poco, eran los que movían todos los negocios en nuestro país. Y aunque se trata de evitar el daño que hace esta droga en las juventudes del mundo, la preocupación mayor ha sido la inmensa evasión de dicho dinero a las arcas de los contrabandistas que se han erigidos en poderes, que hoy atentan contra los estados que tratan de combatirlos; pues estos recursos generan poderes y armas para subvertir y corromper a mas de una autoridad.
Así continuarán hasta que este mercado ilícito no sea verdaderamente legalizado por parte de los grandes países consumidores, cuando entiendan que a ésta plaga hay que combatirla muy al estilo de lo que se hace con el alcohol. Y continuaran pululando en este mundo, mucho más. Ya no existe el peligro de una conflagración mundial contra el poderío de lo que en otrora representó el comunismo con la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Ahora se libran otras, como las de los países del medio oriente, donde los arabes a pesar que sueñan con libertades al estilo de nuestro universo occidental, todavía el poder del petróleo es el que mueve a que las grandes potencias mediante la OTAN, sean las encargadas de ayudar a liberarlos de los yugos que como en Libia, pueden impedir que el comercio del petróleo quede en manos de países no afines a éstos.
Así son las guerras, y así han sido estos negocios. Mientras tanto el negocio de las armas y de las drogas, proliferan por doquier.

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