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Amores malditos

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Escrito por: jesusantog el 24 May 2008 - URL Permanente Escrito en El País .com Publicado en esa época en El País.es "Antes de conocer mujer alguna, jugué mi corazón al azar, pero me lo ganó la violencia". Así comienza José Eustacio Rivera su novela: La Vorágine. Su personaje huye de Bogotá con la que sería su mujer hacia los llanos orientales debido a que sus familiares no aprueban su romance; y termina en medio de la selva bajo el yugo de Arana, el explotador de los caucheros en la selva del Amazonas. Cuando la leí a muy temprana edad, era un viaje a la imaginación, de esas aventuras que se parecen a las de Julio Verne, u otras en las que nuestro espíritu se reconcilia con esas vivencias. Sin embargo, aunque parezca a pero grullo, con los años esa realidad que nos describiera Rivera, todavía la sentimos los habitantes del tercer mundo. Hay amores de amores. Y entre ellos, los amores malditos. No se trata del amor entre una pareja de enamorados, ni mucho menos el de enre

La sociedad de los secretos

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Escrito por: jesusantog el 29 Feb 2008 - URL Permanente Publicado en El País.com Publicado en esa época en El País.es Y todo para continuar lo dicho anteriormente en la que a pesar de los rumores la realidad pudo haber sido otra. Son secretos. Sólo la saben, o lo supieron los actores. Habría que demostrarlo, pero a quién le interesa. A mí en cuanto corresponde con los años distinguí al amigo, y por ignorancia, por ingenuidad o por cualquier otra cosa, uno vislumbra que ni aquel era el amigo ni mucho menos lo que uno creía. Había un secreto, y eso me atañía en la medida que con el transcurso de los años me perjudicaron. Eso lo creo. Alrededor de los secretos pueden suceder cosas cómo si alguien quisiera perjudicarlo, o de pronto esos secretos sirven para una causa, o en medio de los que intervienen se lucran y aprovechan. Los paranoicos, debido a los sucesos que hayan vivido terminan por desconfiar de los demás, o se vuelven reservados. Otros se deciden porque