Maquiavelo y la política 2
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De
Jesús Antonio Gómez
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Publicado en esa época en El País.es
Fouché, un personaje de leyenda, que nos recuerda a muchos políticos que ha tenido nuestro país. Stefan Zueig nos lo describe muy bien. Es el animal político. Se acomoda en todas las circunstancias, y siempre sale avante. Es el camaleón. Es pragmático, y aplica todo lo que pudo aprender en el seminario. No alcanzo a recordar si estudió con los jesuitas, a quienes se les debe su espíritu emprendedor de buenos comerciantes con una cultura muy amplia que los engrandece en su labor social, pero que en el Nuevo Reino de Granada por su labor con los indígenas, en las luchas de la liberación de éstos con los negros y los criollos, fueron perseguidos en sus bienes. Tomás Cipriano de Mosquera así lo hizo en su momento. Y sin embargo tenemos que agradecer que aquellos estudiantes que se formaron con ellos, seguramente muchos ellos fueron los inspiradores de las ideas de la libertad. En fin, un personaje que tras bambalinas gobernaría a Francia, y se acomodaría a la revolución que transformó nuestro conceptos de libertad, de Estado, de leyes con el 18 Brumario de Bonaparte, y que muy a pesar de todo ésto, terminó su vida en el olvido. Aquí en Colombia a Turbay de raigambre santandereana, a quien según nos cuentan los historiadores manejó la política de este país, sin haber logrado llegar a la presidencia. Pero claro que estamos hablando de personajes en Colombia, que no se pueden comparar con la época que le tocó vivir a Fouché, o ha la de Hitler y Mussolini, que pretendieron convertirse en los amos del mundo. A lo que voy es que Fouché, sobrevivió, e instigó, sin importarle la condición humana de sus detractores, haciéndolo todo para conseguir mantenerse en el poder del Estado, y muy apegado a las conductas policiales, que nos recuerdan a una Roma, que mediante las armas de un ejército dominó el mundo occidental. Es decir el embrión de lo que hoy en nuestras culturas, llamamos los países democráticos. Personajes que como éste, en cierta medida aplicaron aquellos lemas: "Divide, y gobernaras." "El fin justifica los medios." Y otros que elucubró en el Príncipe, en los consejos para ser un buen gobernante, para sostenerse en el poder, y para gobernar. Aunque claro, lo hizo también en una época en que mediante los "Juicios de Dios", se llevaba a la hoguera, a todos aquellos que representaban el viejo régimen Feudal y oscurantista de la inquisición. Porque a pesar de todo hacía parte de la corriente renovadora de la burguesía, que con la revolución industrial se sustentaría en su teoría. Pero como todo en la sociedad tiene su lado oscuro, sus consejos todavía desbordan las realidades, para que personajes como Fouché e Hitler hayan llegado al poder. Por lo poco que he leído, en lo personal creo que Churchill debió leerlo, ya que desde niño jugando con los soldaditos de plomo, organizando sus guerras con sus lecturas, se preparaba para la confrontación bélica contra lo que representó la Alemania de Hitler, y después seguramente en la política con su espíritu pragmático, también saldría vencedor en la segunda guerra. Su pueblo, claro está.
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