Nuestra aldea global


deautista | Domingo, 27 de noviembre de 2011 | |

Tal y como Mc Luhan  nos lo contó. La facilidad para comunicarnos hacen que lo que suceda en otra parte del mundo, también nos afecten. Si hemos transformado la naturaleza, y la tierra se ha convertido en un invernadero por nuestra cuenta, el lenguaje ha sido la base para que todo este desarrollo humano sea lo que es. Nuestras sociedades son tan comunes aquí o en cualquier parte del mundo, por más que nuestras culturas sean diferentes, y los modos de producción sean o no atrasados, por que igual nos dá. Los satélites, la era del internet que vivimos, así nos lo hacen saber. Qué nos pueden diferenciar de unos arabes en el desierto del Sahara, librando sus batallas tribales por unas libertades que al estilo occidental nunca han tenido, o  las de unos indígenas del Amazonas que mediante las pantallas de los televisores avisoran un mundo que es tan diferente al que ellos viven, pero que los hacen partícipes de ese espejismo de la realidad, que quisieran estar en el lugar de donde provienen las imágenes y las comunicaciones que están recibiendo mediante esta tecnología que dentro de poco nos permitirá observar posiblemente a los astronautas que en un futuro se preparan para el vuelo sideral que los llevará a Marte en unos cuantos años.
O mejor, las manifestaciones sociales que se suceden en Siria, o en Egipto, en medio del nuevo “Despertar de la primavera” de un mundo árabe, que a pesar que en su momento en el siglo pasado sus dirigentes fueron los que encarnaron nuevos modelos sociales en la búsqueda de esa libertad que no han logrado, y que el espejismo de las sociedades occidentales que reciben por el Internet, la radio, la televisión, ahora quieren hacerlo una realidad; aunque sus costumbres sociales y religiosas sean tan diferentes, que todavía nosotros no podamos comprender cómo la igualdad entre hombres y mujeres allá parecieran ser peores de lo que sucede en medio del machismo latinoamericano que como en el caso de Juárez en México, las mujeres  son llevadas hasta la muerte, muy a pesar que todo el mundo  sabe lo que allí sucede. Una mentalidad tan siniestra, que solo se compara con lo que hizo Franco en su momento en España, que gobernó en medio  de una dictadura adonde hizo que españa ante el mundo fuera el país más católico, más anti-liberal y anticomunista,  para poder ejercer su dominio a su manera. Que nos influyó en América latina, y que solo comenzó a desmoronarse cuando los Estados Unidos ante su victoria en la segunda guerra mundial, lo obligaron a alinearse del lado de occidente, después de haber compartido con la Alemania de Hitler su Batallón Azul, mientras que todos los partidarios de la segunda república española atrajeron a multitudes de luchadores desde diferentes partes del mundo en la defensa de sus ideales, que solo se comparan a lo que hizo Miranda en Europa en su momento, en aquellos años que España e Inglaterra eran los dueños del mundo.
“Marcelino Pan y Vino” la veríamos de niños en el teatro improvisado de un colegio aquí en Ibagué, mientras aplaudíamos aquellos rostros que nos parecían tan reales, invitados por la institución de los salesianos en  la parroquia del Carmen en esta ciudad. O que algunos pocos años después podríamos ver “El Acorazado Potenkin de Eisenstein sobre la revolución rusa, en medio de toda esa marejada social que desencadenó la guerra, mientras que fuimos alumnos de algunos inmigrantes  españoles, que con el tiempo nos permitieron saber que muchos de ellos  regresaron a sus tierras después de muerto Francisco Franco, ante la poibilidad de un nuevo régimen demócrata que proclamó su sucesor, el rey Juan Carlos I de España. O que “Viridiana”de Luis Buñuel, éste la rodara en su propio país en medio de la Censura Franquista, donde su crítica mordaz al sentimiento tan católico y tan mesurado de que hicieron gala los falangistas en su momento, así pudieran ver lo que  sucedía en el cine como un reflejo de una sociedad española que a su manera hizo gala de su intento de cambio, hasta que con el destape del cine, éstos dieran rienda suelta a sus frustraciones de libertades no conseguidas en ese mundo clerical y onírico de lo que representó la dictadura y el mundo  que vivieron desde 1936, qué solo pintores como Picasso o Dalí, pudieron recrear en sus obras toda esa barbarie cometida en su tierra y a su manera.
“La Aldea Global”  que Mc Luhan nos contó, la que hemos vivido, pero que en su momento no entendimos, porque las distancias para comunicarnos eran tan difíciles, que tuvimos que pasar por los mensajes de los indios en Norteamérica que se comunicaban mediante el humo del fuego, los carteros que llevaban las cartas en medio de las dificultades en esas tierras adonde la vida se podía perder junto con los sobres que contenían las informaciones que llevaban a sus familiares, a los comerciantes que se estaban instaurando en ese mundo en el que la producción de mercancías se expandía desde Burgos, o de cualquier otra parte del mundo en la que Londres con sus paños  se hacía visible mediante su poderío en los mares con sus corsarios y piratas famosos; o en el lejano oeste donde Bufalo Bill era el valiente que pudo hacer que los indios se rindieran ante él, y que de manera circense la vida de estos sueños de conquistas nos la reflejaran el cine, mientras las carrileras de las locomotoras eran construidas en Estados Unidos a sangre y fuego, y que  iban llegando a las tierras inhóspitas de los aborígenes que las habitaron durante centurias, y adonde nunca un occidental europeo había llegado, qué solo para redondear esta  historia, los tambores de Africa retonarían desde siempre, cuando ese esclavismo inmisericorde nos convirtió en las peores especies que ha habido en este mundo.
Una “Aldea Global” que hace que nuestra tierra vibre ante cualquier acontecimiento social o natural que amenace contra nuestros sueños. Y la cantidad de información que nos llega tan real y tan rápida, no la podamos digerir intelectual- mente porque ya nuestra cultura es tan vasta, como el mismo universo en el que vivimos.

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